El “Inspector Gadget” fue
una serie televisiva en donde el patoso personaje hacía uso de infinidad de artilugios
(“gadgets”) que, la verdad, no le servían de mucho.
Con las plumas ha pasado algo así, en intentos de amontonar funciones y, al final, siendo mejor cada cosa por separado.
Del primer tipo, tenemos un American Pencil Co. USA,
con goma de borrar sobre el mismo “porta” de la plumilla:
Y ya empezamos a ver compromisos: el lápiz no podía ser muy largo sin tropezarse internamente con la plumilla.
Uno barato de chapa, galvanizada en el cuerpo, niquelados los “portas” (y que incongruentemente tiene corroído el del lápiz).
Réplica actual de uno del segundo grupo, retráctil. Los dos collarines están remachados a sendos “portas” deslizantes por unas ranuras del cuerpo. También tiene un portaminas primitivo.
Se muestra con la plumilla invertida para mostrar el portaplumilla usual de doble tubo.
Si nos fijamos en la longitud de la varilla, ya nos hacemos una idea de que la mina…no podía ser muy larga. Eso sí, podía agotarla, ya que si recortamos la varilla nos quedaremos al final con un sobrante por no entrar más el lápiz.
Otra de las marcas de David Kahn Inc. fue la “Treassure”:
Con el típico celuloide arrollado en helicoide de sus hermanas “Pioneer” y un plumín Edel con punto (grabado como “Chrom Iridium”). Ésta es de tamaño pequeño (11,2 cm cerrada).
Un modelo grande en negro y crema, intentando ser de color “Calico” (negro y perlado), y con la “A” grabada también en la palanca de carga.
Este combo tiene un plumín Edelstahl 12a Gleitspitze (“resbaloso”) de acero dorado y punto de chapa doblada, ¡aunque de una forma inusual! Siendo alemán, es posible que sea de sustitución.
Ambos son de tamaño grande.
Un Senator (de actuación “push-push”):
Un ERO:
Y un KOFA chino (¡como no!), con un mini-cargador:
Se
agradecen la colaboración continua y entusiasta de don J.Mª. Palomo, que además
ha enviado unos ejemplares para fotografía, la cesión de la foto del Ferrari
por dña. Patricia Martínez Sestayo, y de la del Ero por nuestro compañero don
Felipe González Cuéllar.
Con las plumas ha pasado algo así, en intentos de amontonar funciones y, al final, siendo mejor cada cosa por separado.
Uno de los primeros
“gadgets” fue el de unir dos útiles de escritura, algo definido como “COMBO”, y que por la época en que
empezaron (1850+) fueron plumilla y grafito, ya fuera lápiz o portaminas.
Como en todo, ya entonces
hubo variedad de combos, y a todos se les podían escamotear ambas puntas
escritoras, ya fuera por inversión del porta-útil, o por retracción de éstos.
Y ya empezamos a ver compromisos: el lápiz no podía ser muy largo sin tropezarse internamente con la plumilla.
Una inutilidad añadida: un
clip. En posición cerrada podían ir en cualquier bolsillo o bolso. Puede haber
sido añadido posteriormente (es niquelado).
Uno barato de chapa, galvanizada en el cuerpo, niquelados los “portas” (y que incongruentemente tiene corroído el del lápiz).
Réplica actual de uno del segundo grupo, retráctil. Los dos collarines están remachados a sendos “portas” deslizantes por unas ranuras del cuerpo. También tiene un portaminas primitivo.
Se muestra con la plumilla invertida para mostrar el portaplumilla usual de doble tubo.
El primer combo como
generalmente se entiende, de estilográfica y portaminas (por lo menos el
primero producido en masa), parece haber sido de la Eagle Pencil Co., que se
anunciaba en la cadena de almacenes “Sears” ya en 1913.
Llama la atención el
portaminas en madera con puntera metálica (grapada por puntos), que al
atornillarse hacia dentro del cuerpo (en latón niquelado) hacía que una varilla
fija empujase la mina. Girando en sentido contrario, el “lápiz amarillo” salía,
pero había que empujar a la mina para que ésta se retrayera.
Si nos fijamos en la longitud de la varilla, ya nos hacemos una idea de que la mina…no podía ser muy larga. Eso sí, podía agotarla, ya que si recortamos la varilla nos quedaremos al final con un sobrante por no entrar más el lápiz.
El otro extremo tiene un
capuchón con un clip “tipo Eversharp” que monta a presión por deslizamiento
hasta un bordón inciso que tropieza en la unión cuerpo-boquilla. Carece de
salvaplumas interno (el bordón impediría instalarlo), y lleva un plumín “Marvel
Pen” dorado.
El capuchón entra hasta
cubrir la mitad de la palanca de carga y, si se intenta actuar así ¡pues se
parte!, que es lo que le pasó a este ejemplar.
Pero el gran auge del combo
fue a raíz de la Gran Depresión entre
las clases afectadas en los Estados Unidos, ya que los produjeron marcas de
tercer nivel a precios reducidos. Con ellos se esperaba tener pluma y
portaminas por el precio de uno.
El compromiso fue muy fuerte, y aparte de las calidades
mínimas, la pluma tenía poco depósito para dejar sitio a un portaminas con poca
mina.
Poco de todo. De milagro,
lo menos.
Parker y Waterman lo tuvieron claro, y nunca
aparecieron en sus catálogos. Sheaffer’s, Conklin y Mabie Todd tuvieron una
escasa producción.
Era cosa para las marcas de tercer nivel, y ya hemos
visto los Wearever:Otra de las marcas de David Kahn Inc. fue la “Treassure”:
Con el típico celuloide arrollado en helicoide de sus hermanas “Pioneer” y un plumín Edel con punto (grabado como “Chrom Iridium”). Ésta es de tamaño pequeño (11,2 cm cerrada).
Pero parece (hay poca
información disponible) que la marca que más destacó durante los años ‘30s fue
“Arnold”. Y tenemos un problema: los hemos visto con un clip “tipo ICSA” con el nombre grabado completo, y con una “A”
simple en el clip. Las siguientes “pueden ser”…
Nacarado de tamaño pequeño:Un modelo grande en negro y crema, intentando ser de color “Calico” (negro y perlado), y con la “A” grabada también en la palanca de carga.
Este combo tiene un plumín Edelstahl 12a Gleitspitze (“resbaloso”) de acero dorado y punto de chapa doblada, ¡aunque de una forma inusual! Siendo alemán, es posible que sea de sustitución.
Pero un gran número de combos fueron sin marca,
se dice que producidas por las anteriores para cualquiera que las solicitase.
Así tenemos:Ambos son de tamaño grande.
Como generalidad, los colores fueron brillantes
y llamativos, y la calidad baja. Su función, bastante deficiente: cargaban poca
tinta por necesidad, y tampoco se prodigaban con las minas (¿dónde?, llevaban
la puesta).
Tras la Depresión, desaparecieron
casi por completo, y han envejecido mal.
Pero no hay que ser muy
crítico con ellas. Fueron baratas, y sin la calidad de una Parker o Sheaffer’s,
no se les puede pedir lo mismo. Además, plumas de las grandes marcas tenemos
muchas sin estrenar como restos de tiendas (que no se vendieron, por caras), y
combos así perfectos hay pocos, pues la mayoría tuvieron una vida dura en manos
generalmente menos cuidadosas y que, tras usarlas (¿abusarlas?), se trataron
con menos respeto con que se trató a las mucho más caras (que tendían a ser
guardadas cuidadosamente en un cajón del despacho), en vez de desecharse, si
acaso, en una caja amontonada en un desván.
En tiempos mucho más recientes, la idea “Combo”
resucitó como pluma+bolígrafo, aprovechándose de los cartuchos cortos y las recargas
cortas de boli.
Además, con marcas europeas
y ya sin cortapisas de calidad.
Un Ferrari con baño de plata:Un Senator (de actuación “push-push”):
Un ERO:
Y un KOFA chino (¡como no!), con un mini-cargador:
Nota
final: Se han fotografiado los ejemplares locales con el
capuchón puesto, en ambos lados, como normalmente se usaban.
Dado que un cuerpo de combo tiene el portaminas, o el
mecanismo del bolígrafo, resultan siempre más pesados que la estilográfica
equivalente, que además puede usarse sin montar el capuchón, quedando más
ligera y equilibrada.
Miguel Huineman
¡Enhorabuena Miguel!, todas tus entradas me parecen geniales, sobre todo por la escasa información que hay de ellas. Esta particularmente ha iluminado con mayor esplendor mi ignorancia. Muchas gracias por tu generosidad al compartir estos conocimientos.
ResponderEliminarUn abrazo.