Gadget-o-Plumas 1 - COMBOS

El “Inspector Gadget” fue una serie televisiva en donde el patoso personaje hacía uso de infinidad de artilugios (“gadgets”) que, la verdad, no le servían de mucho.

Con las plumas ha pasado algo así, en intentos de amontonar funciones y, al final, siendo mejor cada cosa por separado.

Uno de los primeros “gadgets” fue el de unir dos útiles de escritura, algo definido como “COMBO”, y que por la época en que empezaron (1850+) fueron plumilla y grafito, ya fuera lápiz o portaminas.

Como en todo, ya entonces hubo variedad de combos, y a todos se les podían escamotear ambas puntas escritoras, ya fuera por inversión del porta-útil, o por retracción de éstos.

Del primer tipo, tenemos un American Pencil Co. USA, con goma de borrar sobre el mismo “porta” de la plumilla:
Y ya empezamos a ver compromisos: el lápiz no podía ser muy largo sin tropezarse internamente con la plumilla.

Una inutilidad añadida: un clip. En posición cerrada podían ir en cualquier bolsillo o bolso. Puede haber sido añadido posteriormente (es niquelado).

Uno barato de chapa, galvanizada en el cuerpo, niquelados los “portas” (y que incongruentemente tiene corroído el del lápiz).

Réplica actual de uno del segundo grupo, retráctil. Los dos collarines están remachados a sendos “portas” deslizantes por unas ranuras del cuerpo. También tiene un portaminas primitivo.
Se muestra con la plumilla invertida para mostrar el portaplumilla usual de doble tubo.

El primer combo como generalmente se entiende, de estilográfica y portaminas (por lo menos el primero producido en masa), parece haber sido de la Eagle Pencil Co., que se anunciaba en la cadena de almacenes “Sears” ya en 1913.
Llama la atención el portaminas en madera con puntera metálica (grapada por puntos), que al atornillarse hacia dentro del cuerpo (en latón niquelado) hacía que una varilla fija empujase la mina. Girando en sentido contrario, el “lápiz amarillo” salía, pero había que empujar a la mina para que ésta se retrayera.
Si nos fijamos en la longitud de la varilla, ya nos hacemos una idea de que la mina…no podía ser muy larga. Eso sí, podía agotarla, ya que si recortamos la varilla nos quedaremos al final con un sobrante por no entrar más el lápiz.
El otro extremo tiene un capuchón con un clip “tipo Eversharp” que monta a presión por deslizamiento hasta un bordón inciso que tropieza en la unión cuerpo-boquilla. Carece de salvaplumas interno (el bordón impediría instalarlo), y lleva un plumín “Marvel Pen” dorado.
El capuchón entra hasta cubrir la mitad de la palanca de carga y, si se intenta actuar así ¡pues se parte!, que es lo que le pasó a este ejemplar.

Pero el gran auge del combo fue a raíz de la Gran Depresión  entre las clases afectadas en los Estados Unidos, ya que los produjeron marcas de tercer nivel a precios reducidos. Con ellos se esperaba tener pluma y portaminas por el precio de uno.
El compromiso fue muy fuerte, y aparte de las calidades mínimas, la pluma tenía poco depósito para dejar sitio a un portaminas con poca mina.
Poco de todo. De milagro, lo menos.
Parker y Waterman lo tuvieron claro, y nunca aparecieron en sus catálogos. Sheaffer’s, Conklin y Mabie Todd tuvieron una escasa producción.
Era cosa para las marcas de tercer nivel, y ya hemos visto los Wearever:
Otra de las marcas de David Kahn Inc. fue la “Treassure”:
Con el típico celuloide arrollado en helicoide de sus hermanas  “Pioneer” y un plumín Edel con punto (grabado como “Chrom Iridium”). Ésta es de tamaño pequeño (11,2 cm cerrada).

Pero parece (hay poca información disponible) que la marca que más destacó durante los años ‘30s fue “Arnold”. Y tenemos un problema: los hemos visto con un clip “tipo ICSA” con el nombre grabado completo, y con una “A” simple en el clip. Las siguientes “pueden ser”…
Nacarado de tamaño pequeño:
Un modelo grande en negro y crema, intentando ser de color  “Calico” (negro y perlado), y con la “A” grabada también en la palanca de carga.
Este combo tiene un plumín Edelstahl 12a Gleitspitze (“resbaloso”) de acero dorado y punto de chapa doblada, ¡aunque de una forma inusual! Siendo alemán, es posible que sea de sustitución.

Pero un gran número de combos fueron sin marca, se dice que producidas por las anteriores para cualquiera que las solicitase.
Así tenemos:

Ambos son de tamaño grande.

Como generalidad, los colores fueron brillantes y llamativos, y la calidad baja. Su función, bastante deficiente: cargaban poca tinta por necesidad, y tampoco se prodigaban con las minas (¿dónde?, llevaban la puesta).
Tras la Depresión, desaparecieron casi por completo, y han envejecido mal.
Pero no hay que ser muy crítico con ellas. Fueron baratas, y sin la calidad de una Parker o Sheaffer’s, no se les puede pedir lo mismo. Además, plumas de las grandes marcas tenemos muchas sin estrenar como restos de tiendas (que no se vendieron, por caras), y combos así perfectos hay pocos, pues la mayoría tuvieron una vida dura en manos generalmente menos cuidadosas y que, tras usarlas (¿abusarlas?), se trataron con menos respeto con que se trató a las mucho más caras (que tendían a ser guardadas cuidadosamente en un cajón del despacho), en vez de desecharse, si acaso, en una caja amontonada en un desván.

En tiempos mucho más recientes, la idea “Combo” resucitó como pluma+bolígrafo, aprovechándose de los cartuchos cortos y las recargas cortas de boli.
Además, con marcas europeas y ya sin cortapisas de calidad.
Un Ferrari con baño de plata:
Un Senator (de actuación “push-push”):
Un ERO:
Y un KOFA chino (¡como no!), con un mini-cargador:

Nota final: Se han fotografiado los ejemplares locales con el capuchón puesto, en ambos lados, como normalmente se usaban.
Dado que un cuerpo de combo tiene el portaminas, o el mecanismo del bolígrafo, resultan siempre más pesados que la estilográfica equivalente, que además puede usarse sin montar el capuchón, quedando más ligera y equilibrada.




Miguel Huineman

Se agradecen la colaboración continua y entusiasta de don J.Mª. Palomo, que además ha enviado unos ejemplares para fotografía, la cesión de la foto del Ferrari por dña. Patricia Martínez Sestayo, y de la del Ero por nuestro compañero don Felipe González Cuéllar.

Comentarios

  1. ¡Enhorabuena Miguel!, todas tus entradas me parecen geniales, sobre todo por la escasa información que hay de ellas. Esta particularmente ha iluminado con mayor esplendor mi ignorancia. Muchas gracias por tu generosidad al compartir estos conocimientos.
    Un abrazo.

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