Rotring RIVE

 

Una pluma sin igual, extraña y sorprendente.

Negra, grande, ligera, económica, muy resistente.

Y con un diseño que solo puede posicionarnos en uno de los dos extremos: o nos gusta, o nos repele.

Producto de la época Guillette de Rotring (década de los ‘90s), fue un ejercicio de diseño ergonómico arriesgado (que fracasó).

Ya el (muy parco y discreto) catálogo de 1997 la definía como “joven, poco convencional, diferente. Una nueva forma, fresca e imaginativa”.

Sin clip en un enorme capuchón plástico cónico-curvo de labio biselado, y con una franja lisa cubierta de puntos rehundidos como única concesión decorativa en una superficie por otro lado granulada, como si hubiese sido chorreada a la arena.

En uno de los lados cercanos al labio pone su nombre (rive), y en el otro y más pequeño, su país de origen (Germany).

El cuerpo fue el verdadero ejercicio de diseño ergonómico, y lo cierto es que su agarre puede hacerse muy bien desde varias posiciones, sea desde cerca del plumín, hasta muy atrás, pues al ser tan larga sigue apoyando sobre el canto de la mano.

Es muy cómoda, de forma que permite escribir con ella largos períodos sin cansarse. La textura granulosa aumenta la fricción, por lo que no es necesario apretar al sujetarla, y al estar cubierta de puntos rehundidos como decoración, el efecto se potencia.

A lo que ayuda además su ligero peso: 11 gr escribiendo (descapuchada y con cartucho), 15.4 gr tapada en el bolsillo.

El plumín es un probado “estándar Rotring” (Newton, Rivette, etc.) de acero pulido, marcado “rotring” a la izquierda, y la graduación del punto de metal duro a la derecha.

Las graduaciones del punto fueron EF, F, M, B, e itálico 1,5.

El alimentador tiene dos fresados a los lados del agujero de aireación, y nos sorprende la novedad pues no creemos que sea “para aligerar”, y suponemos que su parte superior, en contacto con el plumín, será la misma anterior (“si no está roto, no lo arregles”).

El conjunto plumín alimentador se monta en un manguito plástico roscado con planos laterales que permiten sacarlo fácilmente.

La boquilla – que vemos que no lleva puntos por abajo - va roscada al cuerpo, que aloja cartuchos estándar de tinta: dos cortos o uno largo.

Se aprecian las líneas de unión de los moldes de inyección, a mitad de la boquilla superior (y la baja en la inferior), y alta en el cuerpo inferior. Esta pluma salió de unos moldes ya muy usados.

Al final del cuerpo aparece un cartucho rehundido liso con la marca.

La RIVE tuvo un accesorio opcional curioso: un portaútil llamado “Spring”, para dejarla sin que rodara por la mesa.

Tuvo Rollerball a juego.

Como ya se dijo al principio, la pluma es grande, y para hacerse una idea de cuán grande es, la comparamos a continuación con dos “grandes” muy conocidas de su mismo “holding”: la Parker Duofold Centennial y la Waterman MAN 100. Por poco, pero gana la RIVE.

Para encontrarla una “semejante”, hay que llegar a lo máximo: la MONTBLANC 149.

Dado que el diseño no encontró un gran favor popular, y más o menos coincidiendo con el paso de Guillette a SANFORD, al cambio de siglo desapareció de los catálogos (junto con otros modelos).

Sin embargo, es curioso ver que un tiempo después la marca alemana USUS rescataba el concepto “ahusado con centro biselado” para un bolígrafo que promocionaron como: “de original estética, muestra de una sorprendente astucia técnica”.


 

 

 

Miguel Huineman


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