Montblanc Turbo (y sus orígenes)

 

Todos asociamos la marca y las plumas Montblanc a su modelo “obra  maestra” – Meisterstück - “149”, llamada también “la de notario”. Otros anhelan las piezas de al menos dos series de sus series limitadas a granel: Mecenas de la Cultura y Autores.

Pero antes Montblanc se diversificaba intentando cubrir el abanico del mercado, ofreciendo plumas económicas (como la magnífica “32”, barata, ¡puaj!) o series para estudiantes, como las conocidas pero mal reconocidas “Monte Rosa”.

El primer modelo fue el 042 (del tamaño de la Montblanc “342”, mayor que la “42”), que desde finales de los años ‘40s tuvo varias versiones, dependiendo del color o material del plumín.


Y tras ella evolucionó una línea entera de Monte Rosas, de plumines abiertos o blindados, en oro, dorados o en acero, carga a pistón o cartucho, incluso en colores negro, gris, azul, verde y granate. Ninguna fue digna de llevar la estrella Montblanc (aunque siempre llevaron grabada la marca matriz).


Y al acabar esta línea a principios de los ‘70s, pensando en mantener su dedicación al segmento de iniciación, comenzó una asociación con Porsche que resultó en la línea “Carrera”, llamada como el famoso coche deportivo de éste.

Esta línea fue más comedida, inicialmente solo tuvo los dos modelos mostrados: la pluma básica 522 P en “amarillo-Carrera” (que los mortales llamamos naranja), y la 5225 P “Super Carrera” con el cuerpo en acero inoxidable, ambos gratados, lo que les daba un aspecto mate. Los plumines eran “en uña” de acero inoxidable, carga a cartucho con visor, que además tenía un aro de alambre fino que hacía el cierre en una ranura interna de un capuchón también gratado y acabado en cromo negro, con un clip de seis taladros muy característico del modelo.

Que la pluma iba destinada a “desbravar novatos” lo demuestra que es la única del catálogo (1973) que incluía plumines y piezas de repuesto para ella.


Y en 1978 se añadió otro modelo Porsche: el 5235 “TURBO”, llamado como el coche Carrera “top” del momento.


¡Pero ojo, sin llamarlo “Carrera”! – porque iba destinado a un segmento (algo) superior.

Básicamente una pluma de tubo, que de sus hermanas solo compartía el acabado gratado, ahora sobre un capuchón y cuerpo en acero (muy ligero), acabado en metal o blanco, un clip de alambre terminado en una bola negra de plástico, y con tres “deslizadores” en el cuerpo posterior preventores de arañazos y otras marcas por montar el capuchón, heredados de la “VIP” (léase Aurora Hastil).

La boquilla era gruesa, en plástico negro con numerosas incisiones esféricas, sin visor de tinta, y acabada por delante en un tronco de cono en acero que realiza el cierre por click del capuchón. La carga era a cartuchos.

Dicha boquilla es el Talón de Aquiles de la pluma: el plástico suele cristalizarse y partirse por donde señala la flecha. Cuidado.


El plumín y alimentador venían de la serie media “Noblesse 1”, y bajo pedido podía montarse el plumín de oro.


Los extremos de cuerpo y capuchón llevaban dos ostentosas estrellas que, de forma nada discreta, gritaban a los cuatro vientos: “¡Que soy una Montblanc!”


Pero bueno, en su disculpa, no fue la primera. Las plumas económicas – desde la antes mencionada “32” – ya daban a su propietario el poder lucir doblemente del prestigio de una marca que aún no era lo que es hoy, pero ya despuntaba maneras. Vemos también los extremos de las antes mencionadas “Noblesse” y “Carrera”:


La Turbo estuvo en catálogo hasta 1984 aproximadamente, acompañada de bolígrafo y roller.




Miguel Huineman

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