Waterman CF


Un hito estilográfico mal reconocido.

Pero empecemos un tiempo antes.
Waterman’s-USA siempre fue muy conservadora, y es famosa su desidia en abandonar la ebonita cuando toda la competencia ya estaba con celuloides. Reaccionó espectacularmente con su “Patrician”, pero ya era tarde. A las posteriores “Hundred Year Pen”, “Emblem” y “Commando” les pasó igual.
Sólo su ortodoxa serie “5XX” iba aceptablemente.
Y ahí siguió acomodada. Parker tenía sus “Duofold” y “Vacumatic”, Sheaffer’s sus “Vacu-fill”, y allí seguía ella poniéndole palancas laterales a sus plumas.
Parker sacó la absolutamente revolucionaria “51”, y Waterman reaccionó sacando el “sistema Taperite”, un grupo de plumas que mantenían la carga por palanca, y con una nueva boquilla que, a lo sumo, podía definirse de “plumín semi-oculto”.
Pero “para conservadores”, seguían ofreciendo la opción con plumín clásico. Magnífico, flexible…, y anticuado.
Y también anticuada era la Taperite, con un plumín y alimentador súper-simples, de una técnica de los años ‘20s (que tendía a gotear), frente a la maravilla de la Parker “51” y los plumines Sheaffer’s “Triumph”.
Con todo, tuvieron bastante éxito (eran atractivas), haciendo muchas versiones: “Corinth”, “Starleigh”, “Crusader”,… hasta que copiaron la Sheaffer’s “1250” de casquillo y sacaron el modelo “Citation” en 1943.
Tal vez, y salvando la Parker “51”, el más copiado de la historia.
Y se echaron a descansar mientras Parker sacaba la “21” y Sheaffer’s sus sistemas “Touch-Down” y “Snorkel”.
Paper Mate atinó (en 1950) con una tinta que puso al bolígrafo entre las opciones serias de escritura.
Las ventas disminuyeron drásticamente, y ¡por fin! los acomodados ejecutivos de Waterman tuvieron que reaccionar.
En 1953, celebrando el 70 cumpleaños de la empresa, sacaron el modelo “CF”, una pluma revolucionaria de excelente diseño, buen funcionamiento y escalonamiento de precios.
Para empezar, otras marcas habían contratado a diseñadores famosos (Laszlo Moholy-Nagy por Parker, Henry Dreyfuss y Raymond Loewy por Eversharp), y ellos acudieron al estudio de Harley Earl, diseñador de la General Motors desde 1927, entre cuyos logros estuvieron los Chevrolet Corvette y Bel Air, el Cadillac Eldorado y el Buick Skylark (las fotos son de los modelos de 1953).

(Nota: según la página Ravens March, en la patente figuran las firmas de Donald Young, Robert Planholt, and Frederick Hertzler, que eran del estudio, pero no del propio Harley Earl).

La línea fina se adelantó a su época unos diez años.
El plumín era revolucionario, mínimo y semiencastrado (Sheaffer’s no sacaría su romboidal encastrado “inlaid” hasta la “PFM” en 1959).
El estilo del clip se mantuvo en los sucesivos modelos Waterman hasta la “Gentelman”, “MAN” y “Laison”, bien entrados los años ‘90s.
Y, sobre todo, fue la primera pluma de carga por cartuchos de plástico.

La idea de los cartuchos venía desde finales del siglo XIX, y la propia filial francesa JIF-Waterman había tenido un cierto éxito con cartuchos de cristal a mediados de los años ‘30s.
A la sazón, ya con un dominio avanzado del tratamiento por inyección de los plásticos semirrígidos (polietileno), Waterman produjo el primer cartucho útil y práctico, y por ello llamó a su nuevo modelo “CARTRIDGE FILLER” (Cartouche Filler en Francés, que coincide).

Imagen de munsonpens - Waterman CF
La “Hoja de Instrucciones”, fundamental al ser algo nuevo, indicaba:
1 desenroscar el cuerpo – 2 insertar el extremo rojo del cartucho en la sección – 3 reemplazar el cuerpo
De ahí el extremo rojo de los cartuchos iniciales.
Con el tiempo, al ir siendo conocida su metódica, los cartuchos perdieron su extremo rojo y, al demostrarse innecesario para su integridad al roscar el cuerpo, también el otro extremo de aluminio (que inicialmente se apretaba por un muelle interior).

Al Inicio, un paquete de 8 cartuchos costaba 50₵.
Con el conservadurismo tradicional de Waterman, también inventaron el “convertidor”, para satisfacer a aquellos clientes inexpertos y escépticos que preferían seguir cargando desde un tintero:

(Si, debieron inspirarse en el cargador aerométrico de las Parker “51”).

Antes hemos mencionado el escalonamiento de precios. Éstos iban desde los $5,95 del modelo más económico, a los $15,00 del más lujoso.
El modelo inferior tenía un plumín de acero, boquilla simple de plástico, con capuchón y clip de acero:
El clip a veces iba sujeto por una cabeza de tornillo con el globo “Ideal”
Con plumín de oro y clip dorado, pero aún con boquilla simple, la pluma costaba $8,75

Añadiendo una banda metálica inserta en la boquilla, muy característica y llamativa (que está asociada al modelo), el precio subía a $12,50
Y ya con capuchón dorado, la pluma más alta de la gama tenía un precio de $15,00.

Pero la suerte – que por esta vez se merecían – les dio la espalda. En todo.
El público norteamericano no se mostró entusiasta (al revés que el europeo), y al año siguiente BIC (que acababa de sacar el bolígrafo “Bic Cristal”) compró Waterman, y aunque cerró la producción, siguió vendiendo las enormes existencias.
Para empeorar las cosas, en 1955 caducó la patente JIF-Waterman sobre los cartuchos de tinta, y todos se pusieron a copiarlos, empezando por Sheaffer’s ése mismo año, y terminando en 1960 por Parker, a la vez que los alemanes con su estándar-corto.
En 1957 cerró Waterman-USA. La producción se mantuvo en la filial semi-independiente francesa (que eventualmente recompró a BIC la marca y los derechos), y un poco también en Canadá e Inglaterra.
Fue en Francia (Nantes) donde se continuó con el modelo, abandonando las versiones inferiores, junto con algunas combinaciones de color que debían causar bochorno a los franceses:
Y a la par desarrollando versiones espectaculares, sobre todo porque en 1964 le salió una adversaria de aúpa: la Parker “75”.
Ambas competían por el mismo segmento: el regalo de lujo.
De hecho, se copiaban muchos de los acabados.
Vemos a continuación una comparativa de ambos modelos de “CF” y “75” en las versiones “Godron”, Millerais” y lacadas negras.
Otros acabados CF franceses muy conocidos fueron:
Capuchón dorado:
Laqué:
Hubo muchísimas versiones más, algunas que debieron durar poco en los catálogos (que desconocemos), como ésta en un “dorado-lavado” (casi plata).
Los modelos metálicos tuvieron variantes simultáneas en plaque Or (20µ) y plaque Argent (30µ), por ejemplo en los acabados “Godron” y “Millerais” vistos arriba, y en “argent massif” (plata maciza), como este “Grain d’Orge” (Barleycorn, espiga de centeno).
Pero las versiones “Cocodrile” y “Moiré” fueron las más espectaculares y exclusivas de la CF, en cuyo diseño participaron joyeros franceses como Cartier.
Mirando de cerca el acabado “Moiré”, vemos que es un “Millerais” al que se le han deformado ligeramente los surcos en “gajos”, y cuyo resultado es muy llamativo.
Como corresponde a un conjuntado elegante, los acabados de plumines y bandas se correspondían a los del cuerpo y capuchón.
Para terminar, añadir que el modelo “CF” tuvo a juego portaminas y bolígrafo.
El modelo se mantuvo hasta principios de los años ‘80s.
Unos 28 años. Nada mal.

¿Cómo distinguir las plumas americanas de las francesas?

1º- Grabados del labio del capuchón
La marca americana grababa “WATERMAN’S” y “MADE IN USA”, y “WATERMAN” la francesa. Canadá e Inglaterra solían decirlo.
Sin embargo, hay plumas con capuchones U.S.A. y cuerpos grabados “MADE IN FRANCE”. O son de antes del cierre, o son “mix” posteriores por recambio.

2º- Los agujeros del manguito
Los manguitos americanos en la sección posterior, donde monta el cartucho,  tenían cuatro agujeros redondos (algunos muy mal acabados, con rebabas), mientras que los franceses llevaban un solo agujero cuadrado.

Otros detalles de interés para coleccionistas:

Plumines
Hay tres clases de plumines: acero, oro de 14K, y oro de 18K, sean éstos en acabado dorado o rodiado.

El grabado en la boquilla inferior
Las plumas llevaban grabado un número en la parte trasera inferior de la boquilla. Con el uso o pulidos posteriores perdían el resaltado blanco, y eventualmente desaparece.
Nos da una indicación del uso que ha tenido la pluma.

Corrosión de la banda inserta en la boquilla

ES EL DEFECTO DEL MODELO. Además, no tiene arreglo. Debe sustituirse.
Waterman no resolvió nunca este problema, e incluso continúa con algunos dorados en sus plumines actuales.
(A Élysée le pasó igual en sus boquillas, e incluso en algunas Parker “75”).
Se debe a la acidez de la tinta y a un metal-base corroible. Muchos usuarios con convertidor evitan sumergir la pluma en el tintero para minimizar el efecto, desmontándolo y cargándolo por separado. No es mala práctica, pero téngase en cuenta que hay humedad y restos de tinta en el interior del capuchón, que conviene también limpiar frecuentemente.

Los cartuchos
Pese al número de plumas vendidas, Waterman no mantuvo la producción de los cartuchos CF, y su escasez es la mayor causa por la que estas magníficas plumas no siguen escribiendo.
Quien tenga algunos, que los conserve. No son intercambiables.
Pueden rellenarse con una jeringa de insulina, cargando 1,2 c.c., lo que los convierte en muy uniformes en su funcionamiento.
Aquí lo mostramos junto al ligeramente mayor Estándar-largo.
También hay aún convertidores, aunque los vendedores saben de su escasez y tienden a ofertarse muy caros.

Vista seccionada y datos técnicos (versión francesa)
Nota: La vista seccionada se ha dejado a gran tamaño (3500 píxeles) para que pueda ampliarse sin problema.




Miguel Huineman

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