En la entrada anterior se vio el origen y desarrollo
general de los estilógrafos (stylos), hasta llegar al panorama alemán.
Es en 1920 cuando el Dr. Wilhem Riepe, un fabricante de
instrumental médico, visita USA y toma contacto con los estilógrafos, y como
fabricante piensa que merecen y que él puede fabricarlos en Alemania.
En 1928
funda la Tintenkuli Handels Gmbh (luego Riepe Werke) en Hamburgo, y produce el
“Tintenkuli”.El nombre es “trabajador (chino) de tinta”. Por entonces no existía la concienciación, y los “kulis” eran conocidos por ser esforzados trabajadores.
Se desarrolló una extensa campaña propagandística, con vendedores callejeros disfrazados, coches anunciadores y prensa.
Al
principio, la carga fue por palanca, pero pronto lo fueron por émbolo. Negros,
con una ventana visualizadora de carga, y un anillo rojo como única concesión
al color (el “Rot-Ring” que eventualmente distinguiría la marca, y sería su
nombre registrado desde 1965).
Con
una excelente calidad, sólidos y totalmente desmontables, funcionaban bien y se
ganaron una excelente reputación.
El
éxito trajo consigo una enorme producción y variantes.
Entre
las primeras estuvieron los de cuerpo transparente (antecesoras de las plumas
“Demostrator”)
También
tuvo capuchones metálicos, e independientemente aparecieron las punteras
transparentes, que perduraron por su curiosidad.

Los clips cambiaron, las boquillas cambiaron, las conteras cambiaron, y los tapones del capuchón cambiaron.
Eso si, manteniendo el “aire de familia”.

Pese al gusto alemán por el serio negro, aparecieron los materiales coloristas y jaspeados.
Durante la II Guerra Mundial, se obtuvo un contrato con la Wermacht (el Ejército de Tierra alemán), que se llevaba toda la producción. Tras ella, los aliados también.
Al principio todos los
tubitos de punta eran de un grosor (0,8 mm), pero al hacer las punteras finas, se abrió
un mercado fabuloso: los delineantes apreciaron sus posibilidades para el
dibujo técnico, y gabinetes de ingeniería y arquitectura mostraron interés.
Apareció
así en 1953 el derivado RAPIDOGRAPH, una pluma capaz de usar tinta china
(suspensión de hollín de carbón, que atasca las plumas normales), con los tubitos
precisamente calibrados, y terminados “rectos” para un uso vertical contra las
reglas y con grosor de línea invariable (los estilógrafos los tienen
redondeados para una escritura manual suave).
El éxito fue fabuloso, y lograron destronar al Pelikan GRAPHOS, que reinaba imbatible desde 1932.
Los Tintenkuli estuvieron en producción hasta finales de los ‘50s, cuando la Riepe-Werke se concentró en las plumas técnicas, donde era y se mantuvo líder del mercado (pese a las copias de una competencia encarnizada).
Pero desde aquí, eso “es otra historia”.
Volviendo
al tema, y lógicamente, el éxito llama a la copia, y al Tintenkuli le salieron
imitadores, empezando en la misma Alemania:
Que
nadie les negará el parecido. Posiblemente el buen Dr. Riepe los fabricara en
una cadena paralela, ¡que algo le quedaba en casa!.
Años
después, ya en los ‘90s y bajo la marca “rOtring”,
tuvo lugar un renacimiento del concepto con el modelo ALTRO:

Unos
estilógrafos ligeros, delgados y económicos, con carga por cartuchos estándar.
Pero
pese a ser todo lo buenos que fueron, su impacto fue limitado.
Tan
solo quedó un intento más en 1998 (aún bajo la tutela de Guillette, dueña
entonces de la empresa, pero en ciernes de cederla a Sanford): realizar la serie
limitada “1928” que celebraba los
setenta años y dejaba constancia de que “¡esto hemos hecho!”

Una excelente pluma grande, basada en los Tintenkuli jaspeados, con un plumín clásico, y la opción incluida de una boquilla con estilógrafo, con el extremo basado en el ALTRO.
No
ha habido más “Rotring Tintenkulis”.
La
herencia
Desde
el comienzo de los “stylos”, la copia ha estado presente.
Tras
acabarse los “Tikku” o “Tikki” como cariñosamente se los ha llamado, el gigante
japonés PILOT tomó el relevo con unos estilógrafos-roller desechables, y con
tanto éxito y distribución mundial, que ha conseguido acuñar el término “Pilot”,
aunque el esquema productivo no sólo comprende a éstos.
Obviamente…le
han salido “copiotas” por doquier.
Miguel
Huineman
Se
agradece la colaboración fotográfica desinteresada de un coleccionista que prefiere
no aparecer nombrado.
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