ESTERBROOK 4 - Datos adicionales

El plástico “Pyralin” 

Fue un celuloide que Esterbrook trabajó muy bien, que sabían moldear en tonos, a zonas con turbulencia (apariencia revuelta), a zonas en flujo laminar (rayas lisas), dando su característica apariencia de marca. Durante la primera época, los tubos del cuerpo se cerraban aplastándolos con calor.

Considerando que eran herramientas de trabajo y que no debieron experimentar muchos cuidados, el que su celuloide haya sobrevivido como lo vemos hoy dice muchísimo de su excelente calidad.

Por ejemplo, hoy no se presentan deformaciones, especialmente en la ranura de la palanca de carga, tan frecuente en otras marcas, causadas por la expansión del anillo interno de articulación.

Pero tampoco hay contracciones ni dilataciones en el capuchón, cuando todos sabemos de la “temperamentalidad” de los celuloides que no han envejecido adecuadamente.

Los anillos del capuchón simplemente están en su sitio, no se han perdido.

Las plumas que estuvieron en un escaparate al sol han palidecido, si, pero nada comparado con otras en similares condiciones.

Y en una época en que todos fumaban por doquier, hay plumas marcadas por quemaduras, donde otro celuloide hubiera ardido y hecho “¡Fum!” sin más. Tanto es así, que el autor sigue dudando (pese a haberse documentado) que sea un celuloide y no algo más…”acrílico”.

Cuando hay grietas, casi siempre son en la rosca del cuerpo, claramente por forzar torcida la salida y entrada de la boquilla, que se monta a fricción en una zona delgada y debilitada por la rosca.

Por caídas, los extremos negros – montados a rosca - son los que suelen haberse partido, pero la mayoría aguantan aún al clip como unos campeones.

Cuando cambiaron el plástico, las cosas empeoraron: las plumas pastel tienen frecuentemente agrietado el labio del capuchón (por montarlo prieto en la contera), y este mismo hecho ha marcado el cuerpo de las Deluxe LK (1955) en adelante. También aparecen manchadas.

 

Los clips rectos

Los clips fueron la debilidad de las Esterbrook, desde el principio hasta las Deluxe.

Los “Clips en V” eran un desastre pidiendo ocurrir a gritos (y ocurrían), así como también los “Clips en A”. Donde se concentraban los esfuerzos, justo ahí estrechaban la sección.

Cuando durante la II Guerra Mundial rediseñaron el clip al recto, no se lucieron: es el defecto de la pluma, pues no tiene casi elasticidad.

A continuación tenemos un clip “1” perfecto. Pero muchas veces vemos clips “2”, resultado de abrirlo excesivamente para colocarlo en un abrigo o chaqueta de paño grueso. Se deforma permanentemente.

Un intento de recomponerlo, introduciendo algo entre clip y capuchón para poder forzar hacia abajo el extremo, resulta en algo como el clip “3”, muy acodado…y con una grieta junto al encastre de arandela (ver la flecha amarilla). Cualquier manipulación posterior intentando aplastar la joroba del clip romperá por la grieta, como en “4”.

Nota: “2”, “3” y “4” son fotos de tres plumas diferentes, y no una chapuza del autor.

 

Los plumines, su crítica

Una crítica recurrente al hablar de las Esterbrook es que sus plumines “rascan”.

Bien. Desde siempre tuvieron disponibles plumines con punto de Osmiridio, lo que pasa es que costaban más… y se compraban menos.

Por otra parte, si hubieran sido tan malos, no hubieran permanecido tantos años en el mercado, ¿no?

Además, no es justo compararlos con un Pelikan-Bock actual. Por entonces aún se usaban las plumillas – que ésas sí que rascaban – y los usuarios sabían escribir “deslizando”, sin apretar nada.

Veamos un punto 1551 (Firme, medio, de estudiante). A la izquierda, nuevo, donde se le aprecia redondeado. No rascará. A la derecha, el mismo tipo de punto, pero usado por su autor de cabecera en sus años tiernos con su primera pluma (la “J” roja que apareció al principio), ya desgastado por los kilómetros escritos, y asentado a un ángulo de escritura personal que dio lugar al dicho que “la pluma no se presta” (y que figuraba en sus Instrucciones).  Créanme si les digo que, para mí, es muy suave.

Pero veamos otro ejemplo más, el de un 2668 (Firme, medio, uso general): a la izquierda, uno nuevo; a la derecha, otro tan desgastado que el “punto” ha desaparecido por completo. O el dueño original era muy pobre para cambiarlo, o no debía encontrarlo incómodo.

Otra consideración es que el acero inoxidable usado por Esterbrook era absolutamente “Incorroible”, y más en una época donde las tintas aún eran mucho más agresivas que las de hoy (y que con todo corroen plumines de acero actuales de marcas como Waterman y Parker).

Es de notar que los plumines de Osmiridio (9000) tenían un acero más brillante que el de las series normales 1000 y 2000. Posiblemente fuera porque se pulían tras soldar el punto (nótese la ranura en el 2550).

Al hilo de la foto anterior, se debe recordar que la numeración provenía de las plumillas, y que se adaptó a los plumines añadiendo los dígitos que definían las series: normales (1 y 2), o los de osmiridio (3 y 9).

De esta forma, “-550” define siempre una escritura “Firme, extra fina” para contabilidad y teneduría de libros (que en una época sin calculadoras ni ordenadores, abundaron).

También sorprende hoy que la mayoría del catálogo fuera de “Rígidos” y “Firmes”, sin casi “Flexibles”. Esto se debía a que coincidieron con el auge del paroxismo burocrático por firmar – al menos – tres copias con papel carbón (de calco).

De hecho, sus “Flexibles” eran bastante duros, no ya comparados con algunos Wahl, sino con las propias plumillas de la marca. Por si el usuario debía firmar algo…

Los plumines se suministraban en cajitas identificadas con el modelo que contenían, y eran un conjunto plumín-alimentador sujeto por un casquillo de ebonita roscado que apretaba sólidamente ambos.

Inicialmente el casquillo se marcaba profundamente, de forma que no era (fácilmente) desmontable. Luego se suprimió el marcado, y empujando hacia atrás el casquillo, el conjunto se desmonta (el casquillo rojo implicaba – al menos al principio - un plumín de osmiridio):


Esto permitió que pudieran usarse otros plumines, sobre todo tras cerrar la marca.

Un detalle poco conocido es que los plumines Osmiroid, especialmente los caligráficos, son compatibles.

 

Portaminas

Aparecieron haciendo juego con las “Clip en A” y ya se mantuvieron en cada modelo. Inicialmente todos de actuación presionando el capuchón, hasta que con el modelo “Safari” (1957) aparecieron los de giro.


Los portaminas tuvieron el mismo precio que las plumas, y en el bolsillo se distinguían por tener el extremo “joya” rehundido (cóncavo)

Hubo dos tipos de mina: .036” (0,9mm) y .046” (1,17mm).

Un detalle sorprendente hubo pínulas de 3 y 5 pinzas (mucho más difíciles de fabricar que la usual de cuatro).


 

Copias chinas

Las infaltables en toda pluma de éxito.






Miguel Huineman


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