Ya
hemos visto que lo importante de un bolígrafo es su carga, consumible y
desechable.
Pero para usarse cómoda y prácticamente, esas cargas
(recambios) vienen introducidas en un cuerpo.
Consideremos
los diversos cuerpos posibles: inumerables.
Igual sirve un tocho de madera, un diseño a propósito, o
el desmadre de un joyero inspirado.
¿O tal vez no? – Analicemos un poco.
Tipos de cuerpos:
a) Desechable
o recambiable – El grueso de la producción de bolígrafos es promocional, y los
de propaganda más barata, así como los escolares, son desechables.
El “tipo
BIC” impera aquí, súper económico y con desempeño excelente.Incluso otros “algo mejores”, retráctiles, pueden considerarse igual aunque sean teóricamente recambiables. Su precio inicial no merece buscar y pagar un recambio.
Pero los mejores bolígrafos son caros y merecen durar. Son recambiables (aunque a veces su carga específica lo hace imposible, y a lo sumo se convierten en objetos de colección).
b) Tipo “capuchón” o tipo “Retráctil”
Una gran
mayoría de los primeros bolígrafos, a falta de una tradición, utilizaron la de
la estilográfica: eran plumas con la boquilla modificada para aceptar la carga,
fuera a presión o roscada.Uno de los más conocidos es el Sheaffer No-Nonsense (aquí en versión “Snowboard”):
Una desventaja de esta configuración es que “en el bolsillo”, con el calor corporal que fluidifica la tinta, ésta tiende a separarse de la punta por gravedad, creando fallos de escritura.
Así los que han marcado tendencia práctica son los retráctiles, sean de pulsador, sean de torsión (que por alguna razón son vistos como de mayor prestigio).
Una ventaja considerable del bolígrafo frente a la estilográfica (y rollers) es que no necesita taparse entre los momentos de escritura. Por ello se extrae la punta al principio de una sesión, y ahí queda hasta el final sin tener que distraer a los demás con gestos o molestos ruiditos de clicks.
¡Pero
cuidado al final, no nos “escribamos” la camisa!
Aquí
Sheaffer’s tuvo un desarrollo interesante que, sorprendentemente, no tuvo
éxito: el “Reminder Clip” (oficialmente: Safeguard® Clip), que
impedía enganchar el clip si la punta estaba fuera (aunque a la entrada ya
hubiera dejado una raya). Probablemente fuera por ser de una carga no-estándar,
porque el mecanismo, aunque extravagante, era fiable.
Peso:
Mucha gente opina que un peso elevado da “empaque”, y un
cuerpo elaborado es cierto que sube de peso rápidamente.
Pero
salvo para una firma importante o la anotación de la dirección de un cliente,
el peso es una cortapisa a la hora de escribir mucho tiempo.
Un cuerpo
ligero es más cómodo y rápido para estudiantes, oficinistas y uso general (y
escriben igual, ¿recuerdan?, depende de la carga).
Equilibrio:
Relacionado con el peso e incluso más importante, está en
cómo se distribuye éste en el cuerpo.
Muchos
hermosos bolígrafos tienen una boquilla plástica y una parte superior metálica.
Si le sumamos además el peso del mecanismo interno de retracción, se convierten
en bellezas no muy cómodas.
Boquilla. Fricción (agarre) y diámetro:
El
uso del bolígrafo requiere más fuerza que con una pluma o lápiz, y la zona de
agarre adquiere mucha más importancia, a menudo obviada “en aras del diseño”.
Si
escribiendo los dedos se nos resbalan hacia abajo (como en el acabado de
Titanio mate suave del mostrado Aurora Kona), tendremos que estar continuamente
recolocándolo y tendemos a apretar aún más. Acabamos cansados prematuramente o,
peor, con calambres.Abajo se muestran dos bolígrafos de pulsador ligeros y equilibrados, el superior grueso, triangular y dotado de tres zonas gomosas, el inferior (del tipo que no merece buscarle recambios), fino y con un manguito circular de plástico esponjoso. Ambos tienen el mecanismo y el clip plásticos.
Ajuste de la punta con la boquilla:
Normalmente ni lo consideramos, y es fundamental.
Un mal
ajuste produce oscilación de la punta (“wobble” en Inglés), y es desesperante:
nos fuerza a concentrarnos más al escribir, sujetar con más precisión, y
empeora considerablemente la grafía.Mostramos dos en los que se aprecia esta diferencia.
Se
debe a las tolerancias de fabricación del taladro de la boquilla, porque las de
la punta están estrictamente definidas por las normas. La diferencia entre
ambas dimensiones es la holgura o ajuste.
En punteras metálicas la holgura se mantiene, y en las
plásticas tiende a empeorar con el uso.
Multicarga:
Es
normal tender a amontonar funciones en cualquier producto, y aquí era
previsible.
Pero esto obliga a usar cargas finas (de corta duración),
y salvo en muy pocas especialidades, no se requieren colores surtidos en
nuestra escritura.
Si
se tienen dos colores, aún son ligeros. Pero cuando se llega a cuatro (como en
el Laurin), el peso por los mecanismos es considerable.
Sin
embargo, es útil la cada vez más frecuente goma para las pantallas táctiles
(arriba).Para los muchos aficionados a Parker, mostramos un modelo tetracolor de la extinta filial de Baden-Baden, con sorprendentes – en la marca - cargas cortas y finas, que incluso se llegó a intentar desarrollar en España.
Multifunción:
Al igual que los anteriores, son amontonamientos de
funciones, “gadgets” con poca practicidad y mucho peso, generalmente
desequilibrado.
¿Necesita
un médico “iluminar” sus recetas? - La carga es mínima, y la batería y pulsador
añaden mucho peso a la zona alta metálica.Aquí debemos añadir los famosos “móviles”, muchos con tendencia pícara:
Figurativos y Juguetes:
Hay calendarios, encendedores, brújulas, relojes, y hasta un arma de fuego monodisparo.
Artesanales:
En la
introducción se hablaba de “tochos de madera”, y aquí va uno:Fáciles de hacer, ligeros y muy agradables al tacto, los cuerpos de madera abundan, pero los hay de papel maché, piedra,…, aparte de cualquier objeto taladrado.
Joyería en plata
Aunque un alto porcentaje de buenos bolígrafos son en
latón, dorado o plateado, algunos hay en plata maciza (Parker, Waterman,…), que
se ennegrece salvo que esté rodiada.
También
se usa en otras aplicaciones, con engarces, o en cloissoné:(Por supuesto, también los hay de alta joyería).
Series limitadas y Conmemorativos
Al igual que las estilográficas, se prestan bien a esta
función, la mayoría de las veces formando un juego.
No es tan
frecuente que lo sean independientemente, por su menor apreciación. Mostramos
uno simple, de conmemoración del primer vuelo espacial Cubano-Ruso:
Miguel, me has sorprendido gratamente con tu exposición - estudio de una de las partes del bolígrafo, sencillamente magistral. Siempre buscando marcas, aspectos diferentes y variedades de un mismo modelo, tipologías...etc., sin percatarnos de aspectos tan curiosos e interesantes para analizar, como el que nos regalas hoy. Muchas gracias, un abrazo.
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