Una de las mejores plumas.
Las resinas acrílicas habían avanzado, careciendo de la inestabilidad del celuloide, así como los metales (en acabados y grabados), y aunque ambos sean derivados y copien a los antiguos, son ahora simplemente mejores.
La resina acrílica jaspeada elegida para la versión alta de la gama se llamó “Auroloide”. Sonaba bien, y se podía cobrar más por ella (aunque no es nada nuevo: ya Sheaffer’s llamó “Radite”, y Parker “Permanite”, a sus celuloides).
Para la versión menor era, simplemente, “resina”. En colores sólidos.
Ambas igualmente marcadas longitudinalmente en el cuerpo:
Estaban dotadas de un plumín rígido monocolor de 14 K arabescado, en las graduaciones: EF, F, M, B, BB, Itálico, Stub, además de los oblicuos OF, OM, OB, OBB (diestros) y OFR, OMR, OBR Y OBBR (zurdos). Hechos en casa
Suplementado por uno de los mejores y más bonitos alimentadores de ebonita existentes, grabado con el grosor del punto de su plumín:
La greca del anillo del capuchón lleva la marca bajo el clip, y simula con esmalte negro llevar sendos anillos arriba y abajo:
Además, la pluma tiene profusión de anillos: uno entre cuerpo y contera, otro al otro extremo del cuerpo, dos a cada lado del visor de tinta (uno se suma al anterior), más el que forma la arandela del clip.
Sin embargo, no ha recibido la misma atención que otras
que, aún siendo muy buenas, no le dan la talla.
La marca Aurora ya ha aparecido varias veces aquí en este
blog. Antigua (1919), de muy alta calidad, y con fuerte interés en innovar.
Aquí vuelve.
En
los años 80s, como de costumbre, la inspiración se buscó en el pasado, en una
antigua Aurora OPTIMA de 1938, una pluma con un anillo con greca en el
capuchón. El clip específico de su 2ª versión (’39), que a su vez derivaba del
primer modelo de la Aurora DUPLEX, era bonito.
Pero
aquélla copiaba el sistema de carga Sheaffer’s “Vacu-Fill” del ’34 (cargando la
barbaridad de 3 cm3), y era anticuado. Mejor se tomaba la fiable
carga por émbolo de la mítica Aurora “88”, y ya puestos, aún mejor el de su
sucesora del ’63, la “98”, que tenía el sobrenombre de “Riserva mágica”.Las resinas acrílicas habían avanzado, careciendo de la inestabilidad del celuloide, así como los metales (en acabados y grabados), y aunque ambos sean derivados y copien a los antiguos, son ahora simplemente mejores.
Surgió así la (nueva) Aurora
OPTIMA, que casi nada tiene que ver con su “bisabuela”, pero ¿qué más da, acaso
es la primera en repetir un nombre con caché?
La
pluma traía una imagen nueva: era corta, gordita, con capuchón a rosca, un anillo con greca y un clip traídos del
pasado, con carga a pistón, y que tiene “reserva de tinta”.
Más una
fabulosa capacidad de transformarse en multitud de versiones.La resina acrílica jaspeada elegida para la versión alta de la gama se llamó “Auroloide”. Sonaba bien, y se podía cobrar más por ella (aunque no es nada nuevo: ya Sheaffer’s llamó “Radite”, y Parker “Permanite”, a sus celuloides).
Para la versión menor era, simplemente, “resina”. En colores sólidos.
Ambas igualmente marcadas longitudinalmente en el cuerpo:
Estaban dotadas de un plumín rígido monocolor de 14 K arabescado, en las graduaciones: EF, F, M, B, BB, Itálico, Stub, además de los oblicuos OF, OM, OB, OBB (diestros) y OFR, OMR, OBR Y OBBR (zurdos). Hechos en casa
Suplementado por uno de los mejores y más bonitos alimentadores de ebonita existentes, grabado con el grosor del punto de su plumín:
La greca del anillo del capuchón lleva la marca bajo el clip, y simula con esmalte negro llevar sendos anillos arriba y abajo:
Además, la pluma tiene profusión de anillos: uno entre cuerpo y contera, otro al otro extremo del cuerpo, dos a cada lado del visor de tinta (uno se suma al anterior), más el que forma la arandela del clip.
La
“reserva de tinta” es, simplemente, un avisador.
Por si el despistado dueño no
mira la ventana transparente (que no es pequeña). El depósito de 1,1 cm3
tiene elevado el tubo del alimentador, así que se agota el flujo antes de
acabarse la tinta. Bajando el émbolo y dejándolo ahí, se aplasta la tinta
restante al centro hueco del pistón y puede volver a fluir por el tubo.
Y se supone que con la
contera fuera, el dueño se acordará de cargarla…
Tiene detractores, que
arguyen la dificultad de lavar el interior antes de cambiar la tinta. Ganas de
quejarse.
- Un
buen lavado – en cualquier pluma - puede llevar más de diez recorridos (uno
chapuza, menos), y así la reserva se ha lavado también.
- ¿Cambiamos
tan a menudo de tinta?
- La mayoría de las tintas
de anilina disponibles hoy son mezclables sin problema. Pero si se ha usado una
ferrogálica (Montblanc y algunas Azul-Negras) entonces sí, conviene lavar bien.
Aunque
también es cierto que con cargar unas gotas de agua (unas gotas, ¡no llenar el
depósito!) en una pluma a émbolo o aerométrica agotada, se consigue el mismo
resultado: seguimos escribiendo.
(Los que gusten de
cartuchos, que se fastidien, que lleven recambios).
Tenemos descrita la pluma, y
antes dijimos que tenía una capacidad fabulosa de transformarse.
Cambiemos la contera y el
tapón del capuchón, rectos, por unos ojivales, y disimulemos sustituyendo el
anillo del capuchón por uno simple, sin greca:

Tenemos
así la (que se volvió a llamar) “88”.
Por
repetir otro nombre mítico de la marca (“Ottantotto”), porque salvo una carga a
émbolo, nada tuvieron en común.
Fue
coetánea con la Optima (son la misma pluma). Ésta se orientó a producto
moderno, con colores vivos y jaspeados, y la “88” se dirigió como producto
clásico, junto con metales nobles.

(Imagen
del catálogo Sacristán de 1999)
Ambas formaron la base para
el siguiente capítulo.
Seguimos: aparece un nuevo
coleccionismo basado en las “Series Limitadas”.
Existían desde la Parker 75
“Spanish Treassure” (1965 ), y esporádicamente aparecía alguna otra, pero es
Montblanc en 1992 la que saca (inicialmente) dos colecciones: “Montblanc de la
Culture”, dirigidas a un público pudiente, con
series de 4.810 unidades, y la serie “Escritores”, más económicas (?) y
que lanzó con unos discretos 25.000 ejemplares.
Y el mundo estilográfico se
desmadró. Siempre se han copiado, pero ahora hubo un contagio pandémico.
Omas sacó la “Galileo
Galilei” en 1993, simplemente cambiando la resina, y la idea fue genial.
Aurora
estuvo “en ese tren” desde el principio: en 1991 había sacado la “Colombo ‘92”,
una Optima encamisada guilloché en dorado, la “Ducale” en 1992 en auroloide
marrón y grabada en el capuchón, en 1993 sacó la “Carlo Goldoni” encamisada en
plateado “guilloché Venetia”, y en 1994 sacó la “75 Aniversario” en auroloide bermellón,
con un clip troquelado con un “75” florido, una boquilla ligeramente diferente
con un surco, y un plumín “noble” en 18 K. Todas basadas en la “Optima”.
Produjo también “series de lujo”, como la “Dante
Alighieri” de 1995, de 1.919 unidades, mucho más trabajadas y dirigidas a un
público capaz de pagar más por un producto exclusivo.

Las fotos
no hacen justicia. La pluma pesa bastante más con los anchos anillos, y la “Optima” apenas se reconoce
salvo en el clip arabescado y en el plumín (18 K) más alimentador, ya que la
boquilla es en diábolo, el visor se ha reducido de longitud, y el cuerpo es
cilíndrico.
Este modelo
derivado tuvo muchas otras versiones, como la “Guiuseppe Verdi” a continuación,
que tuvo una variante con cuerpo también metálico.

La serie “limitada-económica”
de auroloide tuvo en 1996 la “Sole Giallo” en amarillo, en 1998 la “Primavera”
en verde, y luego la “Mare” en azul claro.
Quitando el plumín idéntico, salvo de 18 K, el clip idéntico, salvo un troquel de dos golondrinas, el material idéntico, salvo de color y un
número en el posterior de la tapa del capuchón, son iguales.

Nota: un detalle a favor de Aurora es que sus estuches de
series limitadas han sido siempre comedidos, resistiéndose a la moda de
gigantescas cajas de cartón llenas de aire inútil.

La serie limitada “Brasil” estuvo más trabajada, al
dotarla de un capuchón metálico dorado y grafilado ondulado (tipo “espiga de
cebada”), una tapa de capuchón metálica con el escudo esmaltado, y un anillo
más ancho entre cuerpo y contera.

Mientras,
la “88” seguía su evolución paralela, incluyendo tres “series especiales” de
ciudades italianas (Torino, Firenze y Venezia) por el 150 aniversario de la
unidad italiana, sin numeración, en plata o vermeil.
Llegando
a ser la pluma más cara: la “Diamante”, valorada en 1.111.300€.
Sólo hecha
por encargo, con 1,919 diamantes De Beers (30+ kilates), ¡y tiene
dos versiones!, la blanca de Platino y la negra de oro.

(Imagen
compuesta de una página web hoy desparecida)
Serie
estándar (imagen montada de un catálogo Aurora)
Algunas
otras versiones (imagen montada de un catálogo Aurora)
Continentes
(con cabujón en el tapón): Afrika, America, Asia, Europa (Oceanía se quedó sin
pluma). Series limitadas.
Demostrator
(series limitadas): clip estándar o engarzado con diamantes, en versiones
transparente o “Roja”, y “Demostrator Nera” (sobre el modelo “88”).
Riflessi (series
especiales): Oro sólido 18 K o plata 925 milésimas.
Todos los modelos tuvieron
bolígrafo y roller a juego, y al final de la producción aparecieron también las
plumas “finas” (a cartuchos), lápices mecánicos, y portaminas de bocetar (sketch pen).
Quitando
posiblemente a DELTA, ha sido el modelo con más versiones.
El autor no las ha contado, ni
las ha mostrado todas.
Miguel Huineman
Se agradece a un
coleccionista (que prefiere permanecer anónimo) el prestar sus ejemplares para
fotografía.
Comentarios
Publicar un comentario