La sección TRIANGULAR


Cada cierto tiempo, alguien “la descubre”.
La idea es elemental: si sujetamos con tres dedos, tres lados resultarán ergonómicos. Y de paso, no ruedan.

Pues no es tan buena idea.

- Lo del rodar, puede ser interesante en lápices ya que no tienen clip, y también para aquellos que siempre “tiran” el lápiz por ser incapaces de depositarlo suavemente.
Los bolígrafos tienen clip, y a las plumas y rollers se les debe poner el capuchón – con clip – para que no se seque la punta.

- Por lo de sujetar, un círculo siempre se adapta a cualquier asimetría de nuestros tres dedos de agarre, y ya puestos, un exágono no deja de ser un 3x2 con las mismas ventajas de la sección triangular, y el prisma exagonal es el cuerpo  geométrico que tiene más volumen por superficie lateral, luego ahorra material en el proceso de tallado (esto ya lo saben las abejas y por eso lo usan en sus panales), con lo que partiendo de un círculo o cuadrado inicial, nos da más diámetro de agarre (comodidad) que el triángulo. Lápices exagonales ha habido desde siempre: Ebenezer Wood fue el primero en hacerlos allá por – nada menos - 1815 en USA.

Pero las marcas, haciendo caso de sus departamentos de marketing, sacan de vez en cuando un producto triangular “con grandes ventajas”. Suelen durar poco.

Pero ya que están, veamos algunos ejemplos:

Lápices:
Mostramos una selección de secciones y marcas.
Un triangular, partiendo del mismo tamaño de prisma de madera de aprovisionamiento que los siguientes exagonales y el redondo de SWAN (el cisne), y que vemos que resulta muy delgado.
El último triangular, de un ancho de agarre similar a los redondos y exagonales anteriores, parte del mismo aprovisionamiento del redondo grande (3º por la derecha). Gasta más madera.

Portaminas técnicos:
Ninguno es de boquilla triangular.
Hay muchos de cuerpo exagonal, pero todos pasan a la sección circular en la zona de sujección, ya que deben girarse mientras se dibujan las líneas, para equilibrar el desgaste de la mina.

Lapiceros mecánicos:
Ahora están de moda los triangulares, siendo en general bastante gruesos para dar una sección de agarre lógica.

Bolígrafos:
El amarillo es antiguo y fino (Laurin), los otros dos son actuales y más gruesos.
Puesto que en un bolígrafo hay que apretar para escribir, la sujeción triangular ayuda, y hoy que abunda el recambio “tipo Parker” con un mecanismo de actuación por escape que lo gira para minimizar el desgaste, la solución es aceptable.

Estilográficas:
El problema que se quiere “solucionar” aquí es el posicionamiento constante del punto al escribir, que no se coloque inclinado de forma ambigua y rasque.
En la solución se aumenta el problema, porque si siempre cae en una misma posición, se aumenta el desgaste “básico” y se afilan sus bordes, rascando con más facilidad según el iridio se desgasta.
Si se van frotando también los lados contiguos de una posición típica, se van puliendo los bordes.

La marca que “solucionó” el problema fue Parker en su modelo “VP” (Very Personal) en 1962, con tres zonas de muescas en la boquilla de sección triangular, junto con un plumín-alimentador giratorio (que luego se continuaría y haría famoso en la icónica Parker “75” de 1964).

¿Por qué giratorio? – Si nosotros mismos sujetamos una pluma circular (siendo diestros), veremos que nuestro dedo índice está sensiblemente “arriba”, el pulgar a la izquierda, y el dedo medio (“corazón”) abajo a la derecha.
(Con los zurdos los dedos pulgar y medio cambian de lado)

Así pues, dependiendo de nuestro particular agarre, el plumín de éstas plumas debe girarse “algo más o menos” a la derecha (diestros) o izquierda (zurdos) si queremos mantener el papel “más o menos” recto delante de nosotros y ver lo que escribimos.

¿Qué pasa si la boquilla es triangular y el plumín está recto-simétrico sin permitir el giro?
Pues que el plumín se nos gira a izquierdas (diestros), y tenemos que llevarnos el papel muy a nuestra derecha, si lo mantenemos recto respecto a nosotros, o tenemos que girarlo muy a contrarreloj si queremos tenerlo delante de nosotros, para que los huesos de la muñeca se coloquen cómodos.
(No entramos aquí en los problemas de la enseñanza de escritura a los zurdos, que suele terminar en una postura de muñeca retorcida por encima de la línea que se escribe).

Desgraciadamente no se han seguido – por el coste - las enseñanzas de Parker, y las boquillas triangulares de la mayoría de las plumas no permiten el giro (fácil) del plumín, y su teórica ventaja se convierte en una pega. O giramos el papel, o “pasamos” de lo triangular (incómodo), o retorcemos la muñeca.
Lo han adivinado: giramos el papel “hacia nuestras 10”.

Plumas triangulares típicas son la Lamy “Safari” y la Pelikan “GO”.

Otra pluma triangular famosa es la OMAS 360, que de fábrica viene con el plumín centrado y debe girarse el papel unos 45º a izquierdas para escribir cómodamente (aunque un especialista puede girarle el plumín).

Sin embargo, algunas Pelikan “Pelikano” intentaron solucionar el problema – solo para diestros estándar – al dotar a sus boquillas triangulares de un giro fijo predeterminado. Menos es nada, y “por ahí le andaba” el ángulo.

Los fabricantes de plumas españolas han desestimado las boquillas triangulares, a excepción de:

Un modelo de ODINA (finales de los años ‘40s), que astutamente dejaba una gran parte de la boquilla redonda.

Y de INOXCROM, a partir de los años ‘90s.
Sus modelos de plumín pequeño (todas con la misma boquilla): Zeppelin, Pure, Atlantic y Paris, y los modelos de plumín medio Arena, Jewels, Tiny-Poême y 2022 (todas con la misma otra boquilla), tienen el problema. Es de notar que la segunda boquilla mencionada, al ser menos pronunciada, puede sujetarse obviando sus muescas.
Mostramos una Zeppelin y una Tiny:

Sin embargo, en los bolígrafos y lapiceros mecánicos – donde no hubiera sido un problema – no la utilizaron.



Miguel Huineman


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