PLUMINES 11 - Desgaste


No hay alternativa. Si un plumín se usa, se desgasta.

Izquierda, punto nuevo. Derecha, punto muy usado.

El roce bajo presión causa el desgaste. El punto se va “lijando”.
Depende de:
- La fuerza ejercida
- El área de contacto del punto
- La calidad del punto (“iridio”)
- La calidad del papel
- El “engrase” de la tinta, aunque influye poco.
Los dos primeros, fuerza dividida por superficie, definen la presión, que es el parámetro fundamental del desgaste.
Tenemos así una serie de "recomendaciones exprés” para minimizar el desgaste:
1.- Apretar poco. Mejor nada. No tenemos un bolígrafo al que haya que hacerle rodar la esferita de punta, atascada con la espesa tinta glicérica (como la miel cruda de espesa). Las tintas son “agua”, y con tocar ya mojan.
2.- Un plumín “B” tiene más superficie en contacto con el papel que un “F”, y la fuerza brutal que haga un gorila escritor se repartirá en más área, generando menos presión y así, menos desgaste.
3.- Lo de “usar un buen plumín” es un clásico. Por supuesto que un punto de osmiridio, que es una aleación dura, tendrá mucho menos desgaste por kilómetro escrito que uno moderno de acero barato. Pero aún así irá desgastándose.
4.- Usar un buen papel, no el barato de fotocopiadora que es abrasivo. Nos cuesta más, pero también resulta más agradable.
5.- Usar tintas fluidas, que produzcan un trazo húmedo y por tanto reduzcan la fricción (y las ganas de apretar).

Una digresión antes de seguir “desgastando”: ¿cómo sujetamos la pluma?
En la época de las plumillas, el palillero se llevaba bastante tendido para minimizar el rascado (aparte de apenas rozar el papel) ya que no tenían punto y rascaban endemoniadamente.
El bolígrafo se sujeta casi vertical para evitar que el papel roce con la punta que sujeta la bolita rodante. No nos damos cuenta, pero si tumbamos el boli, patina y falla el trazo.

Y nosotros sujetamos la pluma en una de estas posturas:

Nada malo con ninguna, y menos con la pluma Dupont Fidelio mostrada, que tiene un “clavo” rígido por plumín y un pulido excelente de su punto. En cualquier postura escribirá bien.
Pero con un plumín flexible, la postura “bolígrafo” no da ninguna opción para que los gavilanes flexen.

Además, la postura al escribir es personal. Cada uno tiene la suya y en ése ángulo se desgastará el punto. Tras un (mucho) tiempo escribiendo con él, tendrá esta apariencia:

Que no debe sorprendernos. Probablemente ni nos hayamos fijado porque al apoyarlo para escribir, quedará como el de la derecha:

Y a la izquierda, uno nuevo y aún esférico (ambos de la serie Pelikan “Signum”).

Nuestro plumín gastado tiene más área de contacto y, a nuestro ángulo de escritura, tiene una excelente forma de “deslizador”. Nos parecerá  más suave que el nuevo (aunque con un trazo algo más grueso, sobre todo en las transversales). Diremos que “está asentado” (broken-in).
Pero si se lo prestamos a alguien con otra postura de escritura, meterá una esquina y rascará, o lo levantará perdiendo apoyo y fallará el trazo. Ese alguien pensará que nuestro plumín es una porquería.
Es la única razón real por la que se dice que “una pluma no se presta”, porque…si por dejarla para que alguien apunte una dirección y teléfono, el punto se desgasta “algo medible”, ¡tengo un punto de mantequilla!

- los EF (o menores)
Existe la leyenda urbana de que “todos los plumines EF rascan”.
Pero con lo visto en todo lo anterior ya estamos en condiciones de afirmar que es falso.
Veamos un punto EF en un plumín Sailor (que todos aceptarán que es uno de los mejores fabricantes de plumines del mundo):

Plumín Sailor EF 14K.
Se aprecia su acabado y que acepta el apoyo en ambos modos

Al gastar menos tinta, parecería que van menos lubricados, pero su menor área de contacto hace que menos tinta sea suficiente.
Su menor área de contacto tiende a producirles más desgaste. En esto los “EF” no tienen escapatoria.
Precisamente su menor área de contacto es la que hace que a igual fuerza al escribir que con otro punto mayor, el EF haga mayor presión sobre el papel y se hunda más, aparentando rascar.
Volvamos a las anchuras de trazo, veamos el área de huella de cada punto 
[A = π x (diámetro)2 /4]
y, suponiendo la misma carga sobre todos, veamos la Relación de Presiones de contacto:

Punto
EF
F
M
B
Ancho línea
0,3
0.4
0,5
0,7
Área punto
0,07
0,125
0,195
0,385
Relac. Pres.
2,8
1,6
1
0,5

Es decir, si apretamos lo mismo y consideramos como referencia al punto “M”, un “B” trabaja a mitad de presión, un “F” a vez y media, ¡y un “EF” va casi a tres veces más presión!
Moraleja: si Vd. aprieta al escribir, use un punto “B” en un plumín rígido (o manténgase fiel al bolígrafo).



Miguel Huineman

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