Moho en plumines


Tiene muy poca gracia encontrárselo. Pero que muy poca.

Es una infección, y debe tratarse como tal: con asepsia y a por todas. El moho está vivo, y se reproduce rápido. Sus esporas (como sus semillas) tienen una magnífica capacidad de supervivencia.
Hay que aniquilarlo, pero al que vemos ¡y al que no vemos!

Digámoslo rápido: la punta de la Sheaffer’s snorkel de la foto de arriba debe entrar “ya” en un baño de Amoniaco 1:5 (cuatro partes de agua y una de Amoniaco concentrado, de droguería).
NOTA: También valdría la Lejía, pero es brutal con muchos materiales y es mejor dejarla para otros usos domésticos. Además, JAMÁS debe mezclarse con el Amoniaco, ya que se desprendería “Cloramina”, un gas muy venenoso.

Pero sigamos, no más de diez minutos, lavando toda la pluma - por fuera y por dentro, incluido el capuchón - para machacar las esporas escondidas, y enjuagar bien después mientras aprovechamos para lavarnos muy, muy bien las manos hasta el codo, ya que de seguro las insidiosas esporas nos habrán elegido de transporte a otra pluma.

¿Pero dónde estaba la pluma antes de percatarnos? – También debe ir a lavado o basura. Lo siento, pero es así de drástico.

¿Y de dónde proviene? – Lo usual es que de un frasco de tinta.
Abramos todos los tinteros, uno a uno – empezando por el de la tinta que tuviera la pluma – y veamos si tiene “cosas” blanquecinas flotando, o si huele distinto a como suele oler.
La tinta lleva un montón de componentes, y algunos (como la goma arábiga) son comestibles para mohos y hongos. Ahí es donde vive el moho, y la pluma solo contiene algo de esa tinta contaminada. Y el bote está en casa, en un ambiente fabuloso para su proliferación. Crecen.
Algunos fabricantes de tinta añaden fungicidas (p.ej. Benzol), pero otros siguen la tendencia actual de menos “potingues” en aras a  menor contaminación. No se van a dar nombres de marcas, pero hay algunas fiables de toda la vida, y foros donde se trata el tema.
Los cartuchos no tienen el problema (aunque tienen el de contaminación plástica…)
Si se detecta un frasco infectado, ¡a la basura, cerrado y en una bolsa!, porque si se vierte por el desagüe, ya se puede ir echando luego por él otro tanto de “peste” de amoniaco (o podrá volver la contaminación). Si, ya se hacen a la idea de que es “aviso rojo de epidemia”, y el valor del tintero no merece los riesgos.
Conviene aplicar el tratamiento al resto de las plumas contiguas, que pueden haber sido “contagiadas”. La Sheaffer’s Snorkel de arriba vino de Inglaterra, y para cuando dio la cara, una vecina no-snorkel ya estaba así:




Y esto en la estepa castellana, que es “seca”. Los lugares húmedos tienen agravada la situación, porque hay más esporas en el ambiente esperando que abramos un tintero.



Miguel Huineman

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