Básicamente son de Oro
(14K y 18K) y de Acero inoxidable,
además de rarezas en Titanio, Paladio-Plata, etc.
Del oro, su excelente resistencia a
la corrosión, (relativa) abundancia, y facilidad de trabajo (fusión baja, aleado
fácil, ductilidad), hicieron de él “la opción” para plumines desde el
principio.
Inicialmente
se hacían en 14K por ser la aleación que tenía mejor compromiso entre contenido
inoxidable (58,5%), precio, color elegante y elasticidad.
Pero
las leyes francesas dictaron que para llamarse “oro” debía tener al menos 18K (75%), y muchos fabricantes lo
aceptaron.
Hoy se ha superado el tema y, salvo casos sueltos, las
plumas (incluso en Francia) pueden tener “plumines
de 14K” sin que en absoluto se les denomine “de oro”, o tienen variantes de 14K y de “oro de18K”.
Además se han usado otras aleaciones, con carácter
anecdótico más que significativo. En los comienzos de la estilográfica se
usaron algo los 12K, y recientemente Stipula (que no fabrica sus plumines)
intentó introducir los de 9K.
Los plumines de oro varían
de tono dependiendo de la aleación (en 14K, el restante 41,5% de otros
metales), Plata y Rodio aclaran, el Cinc menos, el Cobre enrojece.
Se les puede enmascarar en zonas con una capa de barniz
antes de someter al baño galvánico para hacerlos bicolores con Rodio, Platino,
Paladio, etc. (y que se verán en una entrada aparte).
Consideración
sobre el valor de los plumines de oro:
Si
deseamos un sustituto de un plumín de marca, lo llevamos “crudo” y, si es escaso,
debemos prepararnos a que nos expolien por nuestra compulsión.
Pero
en general, el valor de los plumines de oro está sobrevalorado.
En
los portales web vemos plumas anunciadas casi exclusivamente por su plumín de
oro (donde casi oímos al vendedor diciendo: “¡o-Óroooo!”),
al igual que pasa en los rastrillos y ferias.
Veamos:
un plumín suelto del nº 6 y 14K puede pesar 0,45 gr. Su contenido es de oro es
del 58,5%, o sea, 0,246 gr, que al precio de 35,27 €/gr nos salen 8,66 €.
Más lo que añadan “por la marca” y aceptemos
por compulsión. En un “Warranted” muy poco, y una fuerte hipoteca por un
“Patrician”.
Acero
En el s.XIX no
existían los aceros inoxidables (al Cromo-Níquel), y el acero para plumillas
era con un 0,7-1,5 % de Carbono, muy elástico, pero que con la acidez de las
tintas se corroía estupendamente.
Las primeras estilográficas con plumín de acero
empezaron sobre 1926.
A igual forma
y espesor, uno de acero es más rígido que uno de oro por su mayor Módulo
Elástico. Pero pueden hacerse con chapa más fina, porque tiene mayor
resistencia. Bien trabajado (laminado, temple y revenido), pueden tener igual
elasticidad y, dado que lo que toca el papel es el punto, pueden ser igual de
agradables.
Fin
del mito del plumín de oro (aunque es tan bonito…)
Los plumines de acero
inoxidable son del típico gris-plata, más o menos claro. Un acero muy usado es el “316” (Fe-Cr-Ni-Mo-C) utilizado, por ejemplo, en
las Sheaffer No-Nonsense y Student.
Aunque no es el único. El primer acero inoxidable (1924) fue el “304” que es el ubicuo y conocido “18/8” (18% Cromo, 8% Níquel) de baterías de cocina y menaje. Lo que le ocurre es que en ambientes ácidos, sobre todo de cloruros (mar, costas, medicina, químicas), la falta de Molibdeno (que es solo del 2-3% en el “316”) le hace más susceptible a la corrosión. Y la tinta es mayoritariamente ácida.
Pero eso no impidió que
Sheaffer’s lo usara (como muchos otros) marcándolo con orgullo.
“CN”, otro acero al Cromo-Níquel, es la
aleación que usó Pelikan en sus plumines entre 1939 y 1949.
El oro
estaba restringido en Alemania para pagos al extranjero, y se usaron dos
metales inoxidables estratégicos gracias a que la cantidad era reducida y la
necesidad alta. Resultaron unos plumines estupendos y muy flexibles, pero tras
la postguerra, desaparecieron.
Plumín
CN en una Pelikan 100N (también en las “Ibis”)
A los plumines de acero se
les puede dorar con oro, aleaciones de cobre, antes con cadmio, etc. y con una
capa más o menos gruesa. Pero el galvanizado no suele superar las 6 micras, y
siempre agarra mal sobre el inoxidable (salvo que se niquele antes). Si
añadimos que muchos plumines apenas tienen una o dos micras de capa, al
limpiarlos frotando, la capa puede desaparecer.
Parker Frontier. Plumines de acero, estándar y dorado.
Los plumines de acero Parker siempre han tenido muy
buena fama.
También se les puede ennegrecer o azular.
OTROS METALES:
Octanium®
Es la famosa aleación de los
plumines de las archifamosas Parker 21, 51 Super y algunas 75, llamada así por
sus ocho componentes, y latinizando para que suene a científico.
No es un acero, ya
que solo contiene un poco de hierro y trazas de carbón, mientras el Cromo y
Níquel abundan en una de las escasas “superaleaciones” de base Cobalto de gran
resistencia, y que ya se usaba en los muelles de los relojes de calidad.
La aleación consiste en:
40% Cobalto
20% Cromo
15% Níquel
15% Hierro
7% Molibdeno
2% Magnesio
0,04% Berilio (trazas)
0,15% Carbón (trazas)
Los de Titanio son de un gris similar al acero.
Son poco oxidables o
corroibles, pueden ser elásticos, y producirlos es un quebradero de cabeza, con
lo que resultan caros.
Nota: El
Nitruro de Titanio de algunos plumines de acero Sailor TIGP es un tratamiento
superficial no-metálico (plasma), sobre el que se dora muy bien sobre el
inoxidable.
Plumín
TIGP en una Sailor Profit
Una aleación curiosa es el Paladio-Plata usado por Sheaffer’s
sobre todo - pero no exclusivamente - en algunas de sus plumas snorkel.
Siempre fueron plumines
rígidos, tanto los “de dedal” (Triumph), como los romboidales insertos (Inlaid).
Plumín
de PdAg en una PFM II, y de Paladio-Plata (explícito) en una posterior Sheaffer
(ya sin el apóstrofe ‘s) "Stylist" de Textron Eaton.
Miguel Huineman
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